¿Alguna vez te has preguntado por qué te relacionas como lo haces?

09.06.2025

Nuestras experiencias más tempranas con nuestros cuidadores primarios moldean profundamente la forma en que buscamos y mantenemos la conexión en la vida adulta.

Analizaremos cuatro estilos de apego principales y cómo se manifiestan desde la infancia hasta la adultez.

1. Apego Seguro: ¡El ideal! Niños con padres empáticos crecen para disfrutar de la intimidad, aceptar la vulnerabilidad y manejar el dolor en sus relaciones adultas. Son la base de conexiones sanas y estables.

2. Apego Evitativo: Si tus padres fueron distantes o fríos, es posible que, de adulto, tiendes a priorizar tu independencia y autonomía. Te cuesta expresar emociones y tus relaciones pueden sentirse superficiales. "Yo me lo guiso, yo me lo como" es tu lema.

3. Apego Ansioso: ¿Padres inconsistentes? Esto puede llevar a una ansiedad constante en las relaciones. De adulto, puedes basar tu felicidad en la pareja, sentir miedo al abandono y buscar intimidad, pero al mismo tiempo tener miedo de ella.

4. Apego Desorganizado: Si viviste una infancia con mensajes contradictorios ("te pego porque te quiero"), tus relaciones adultas pueden ser conflictivas, dramáticas e inestables. Hay una desconexión entre la acción y el sentimiento, una danza entre el amor y el odio.

Comprender tu estilo de apego es el primer paso para transformar tus relaciones. No se trata de culpar al pasado, sino de entender patrones y construir conexiones más conscientes y saludables.

¿Te identificas con alguno de estos estilos? ¡Comparte tu perspectiva! 👇

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